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    LA ESPECIALIDAD

La CIRUGÍA PLÁSTICA es una de las especialidades médicas más comentadas tanto en la calle como en los medios de comunicación en nuestros días, fundamentalmente en su apartado estético. Rara es la persona que no se pronuncia al respecto si surge el tema en algún foro, suscita en casi todos curiosidad, morbo, opiniones de todo tipo, a menudo poco fundadas y basadas más en el boca a boca que en experiencias o información rigurosa. Brevemente intentaré comentar las diferentes facetas de esta apasionante ESPECIALIDAD MÉDICA (formación vía MIR, único sistema en España para obtener un título de especialista que se otorga por los ministerios de Sanidad y el de Educación y Ciencia), con el fin de ajustar la opinión del lector a la realidad y de mitigar ese halo de frivolidad con el que a menudo se hace referencia a algo tan serio como pueda ser cualquier cirugía.


LA CIRUGÍA PLÁSTICA Y REPARADORA

Tiene como objeto restablecer la integridad anatómico-funcional de lesiones o defectos, generalmente externos al esqueleto, ya sean congénitos o adquiridos, empleando técnicas de movilización y modelaje de tejidos propios (plastias), trasposición libre de los mismos (injertos) o aporte de materiales artificiales (implantes).

Así por lo tanto en la actualidad es competencia de nuestra Especialidad el tratamiento quirúrgico necesario de:

  • tumores benignos o malignos de la piel y tejidos blandos subyacentes

  • malformaciones congénitas en superficie

  • patología y traumatismos abiertos de la mano

  • quemaduras y sus secuelas

  • reconstrucción de partes blandas tras cirugías del cáncer (ej. mama)

  • pérdidas de tejido por accidentes (laborales, tráfico, domésticos, …)

  • secuelas tras tratamiento de obesidad mórbida

  • trastornos de identidad sexual

  • ...

En nuestro medio este tipo de cirugía se lleva a cabo más a menudo en la sanidad pública, en sus principales hospitales de especialidades y en la sanidad privada a través de mútuas y compañías de seguro médico.


LA CIRUGÍA ESTÉTICA

Se ocupa del tratamiento quirúrgico opcional de ciertas características anatómicas de superficie, congénitas o involutivas (por envejecimiento, embarazos, obesidad, etc), que provocan alteraciones en el aspecto corporal, insatisfacción personal y/o trastornos psicológicos, dificultades de relación social de distinta índole, ….

Son procedimientos habituales en Cirugía Estética la corrección de:

  • envejecimiento facial (manchas, arrugas, descolgamiento de la piel, bolsas parpebrales, …)

  • disarmonías congénitas de la nariz, de las orejas, del pecho, de los genitales ...

  • secuelas abdominales y/o mamarias del embarazo y lactancia

  • consecuencias de grandes pérdidas de peso

  • lipodistrofia o reparto desproporcionado de la grasa

  • cicatrices antiestéticas

  • ...


Ante una situación de este tipo será siempre el paciente quien, movido por su inquietud, acuda a solicitar información al Especialista sobre los posibles resultados y riesgos de la intervención quirúrgica en cuestión. Tras esto habrá de ser dicho paciente quien de forma individual, libre y responsablemente, decida si se somete o no a ese tratamiento que comportará al mismo tiempo un coste económico establecido.

Ciertamente el resultado de una corrección estética puede ser muy útil, aportando grandes satisfacciones a la persona que la solicitó así como facilitando su vida a distintos niveles. Pero al mismo tiempo este carácter electivo de la Cirugía Estética, así como las expectativas de obtención de unos determinados resultados, es lo que hace de este apartado de nuestra Especialidad el más comprometido, el más sometido a la crítica y a los riesgos medicolegales para el cirujano.

Es por ello que en este contexto, además de la pericia, experiencia y rigor profesional que deben ser inherentes al desempeño médico, se requieren en grado extremo seriedad, honestidad y capacidad de comunicación, para responder adecuadamente a la demanda de los pacientes así como indicar de forma objetiva y clara el tratamiento que pueda convenir en cada caso y los resultados que pueden obtenerse, asumiendo los mínimos riesgos y mediante una práctica quirúrgica presidida por el sentido común y el sentido de la proporción-armonía en el cuerpo.

Quien acuda a solicitar un tratamiento debe comprender que la Cirugía Estética ayuda a mejorar las cosas pero “no hace milagros” y que, por mínima que sea, donde un cirujano pone el bisturí ahí queda eternamente una marca. Logrado este punto se evitarán bastantes decepciones, a la vez que profesional y paciente quedarán mucho más satisfechos tanto de la relación que les une como de los resultados obtenidos.

Dr. A. Gallegos ( octubre 2008 )


ÁLVARO GALLEGOS - Cirujano Plástico
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